martes, 18 de marzo de 2014

Co-razones.

No hace falta que me digáis eso 
de que perdéis la cabeza
por eso de que sus caderas...                                                                                

Ya sé de sobra que tiene esa
sonrisa y esas maneras y todo                                                                
el remolino que forma en cada
paso de gesto que da.

Pero además la he visto seria.
ser ella misma,
y enserio que eso no se puede
escribir en un poema.

Por eso, eso que me cuentas, de que:
y mírala como bebe las cervezas
y cómo se revuelve sobre las baldosas
y qué fácil parece a veces enamorarse.

Todo eso de que ella puede ser ese único
puto motivo
de seguir vivo
¡y a la mierda con la autodestrucción...!

Todo eso de que los besos de ciertas bocas saben
mejor es un cuento que me sé desde el día que me
dio dos besos y me dijo su nombre
(...)

que las suspicacias,
los disimulos cuando su culo pasa,
las incomodidades de orgullo que pueda provocarte,
son algo con lo que ya cuento.

quiero decir que a mí de versos no me tienes que
decir nada,
que hace tiempo que escribo los míos.

que yo también la veo.
que cuando ella cruza por debajo del cielo solo el
tonto mira al cielo.
(...)
que conozco su voz en formato susurro
y formato gemido
y en formato secreto
(...)
que yo también he memorizado su nº de teléfono
pero también el nº de sus escalones
y el nº de veces que afinas las cuerdas antes
de ahorcarse por bulerías
(...)
que lo de "mira sí, un polvo es un polvo",
y eso del tesoro pintado de rojo sobre sus uñas
y sólo los sueños pueden posarse sobre las cinco
letras de su nombre.

que te entiendo.
que yo escribo sobre lo mismo.
sobre la misma.

que razones tenemos todos.

pero yo
muchas más que vosotros.











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